domingo, 16 de enero de 2011

EL HIPERBATUM ESPAÑOL PARALIZA A LA JUVENTUD AUTISTA


(Los jóvenes de antes, ya no son como los de ahora)


Desde hace fechas estamos asistiendo a una serie de manifestaciones y revueltas estudiantiles en contra de la casta política, la crisis económica, el paro, la corrupción y en algunos casos por la falta de nuevos valores. Varios son los países cuya juventud se ha animado a salir a la calle a verbalizar y escenificar sus impotentes demandas y dar un toque de atención a la opinión pública. Así lo hemos observado en los últimos meses en países como: Grecia, Francia, Reino Unido, Italia, pasando por Argelia , Túnez, Yemen o el más reciente Egipto entre otros.

De alguna manera, se ha ido rememorando un nuevo mayo del 68 que cuestiona el liderazgo de los políticos, dirigentes, empresarios, sindicalistas, ministros de la Iglesia, empresarios, académicos y especuladores del dinero -tanto nacionales como europeos- para gestionar la actual crisis multidisciplinar más grave en generaciones. La falta de líderes, ha desembocado en un enfrentamiento entre la cultura cristiana y la musulmana que ha dado pie a los golpes terroristas de Al-Qaeda en Occidente.

Pues bien, con tanta intranquilidad globalizada de la juventud y de las marcas clima-reivindicativas, España parece vivir con indiferencia su inconformismo y apatía general, a pesar de no ser ajena sino sufrir en propia carne los escarnios de todas las crisis en una. Sin embargo, el autismo de la juventud española salta gravemente a la vista en comparación con sus vecinos generacionales. Aquí en España no sólo lamentamos el paro juvenil más elevado de la UE (40%), sino la proliferación de la generación ni-ni (ni trabaja ni estudia), con uno de los índices de fracaso escolar más altos según el Plan Bolonia, que tratan de sortear con el botellón y refugiándose en el hogar familiar tras las redes sociales. Nunca antes habíamos contado en España con la juventud mejor preparada (al menos desde el punto de vista académico), pero sin embargo menos reivindicativa, más indiferente y anestesiada desde la invención de la plancha de vapor.

Hoy en día, en plena revolución digital, llama la atención que mientras en otros países estos mismos jóvenes ponen el grito en el cielo y se movilizan en defensa de valores, libertades y derechos constitucionales como el trabajo y hacen tambalear a las instituciones, el hipérbatum español lleva tiempo paralizando al honor del joven hispano, que a modo de pasquín parece no haberse percatado de nada y como el verbo en latín, espera hasta el final para conjugar su ira.

Esta voz imberbe del autista hace que la crisis en España entre los jóvenes y los actores políticos más adultos (enzarzados estos últimos por la defensa a ultranza del "estatus-quo" a cambio de no perder sus privilegios pese a hundirnos en una mayor miseria) agrave aún más la salud mental y fisiológica del pusilánime paciente español. Como viene observándose en los últimos años con la clase política dirigente, la inacción general (de unos y otros) está siendo reemplazada por la intervención de otros protagonistas externos. Dudo que ésta sea una solución que favorezca a los futuros herederos y los despierte de la vieja gramática latina.