lunes, 1 de junio de 2009

Heidi se escribe sin hache


España y Suiza tienen en común al menos una cosa. Somos huérfanos de distinta madre. España, de la famosa protagonista del cuento Heidi , aquel libro infantil de 1880 de la escritora suiza Johanna Spyri. Y Suiza de otras muchas carencias españolas como la Dama de Elche, verdadero símbolo de la cultura ibérica. Sin embargo, lo que de verdad nos ocupa hoy aquí es que España pueda dar vida a otra Heidi, pero sin hache, llamada EIDI.

No, no piensen que se trata de una prima de la protagonista de los alpes suizos, ni de un robot de última generación o del genoma descifrado del universo, sino de las iniciales E+I+D+i (Educación+ Investigación+Desarrollo+ innovación). Cuanto mayor esfuerzo dediquemos a EIDI en tiempos de guerra, de paz, de bonanza o de crisis económica como la actual, mayor empujón daremos al conjunto del PIB (producto interior bruto) español. El nuevo modelo productivo -en entredicho actualmente- no podrá pasar por alto a esta joven ibérica de moda , y a acostumbranos a exportar con mayúsculas, que es infinitivo. El consumo interno del mercado doméstico y las burbujas de toda índole, han demostrado su incapacidad para sacarnos del brete actual. Para acabar con el déficit por cuenta corriente más abultado del mundo como consecuencia de la deficitaria balanza comercial, a España no le va a quedar más remedio que espabilar a EIDI y dejarnos de pamplinas demagógicas. Como en el cuento infantil, la gallardía de Heidi hizo que su amiga Clara dejara la silla de ruedas y pudiera volver a caminar. Nuestra EIDI sin hache no nos va llevar a los Alpes para acabar con el parón económico actual, pero al menos es una apuesta para el futuro, sin la cual, todo hace indicar que pintaría bastos.