sábado, 23 de enero de 2010

LA DEVALUACION DE LA PANTERA ROSA



Corre la leyenda que La Pantera Rosa, aquellos divertidos dibujos animados de los años sesenta que cautivó la simpatía de medio mundo justamente durante las crisis económicas de los años 70 y 80 en prácticamente los principales países industriales del planeta, hacía divertir con sus gracias y olvidar los problemas a los millones de víctimas y parados. Hoy la programación televisa, los espacios rosa de la tele y los informativos en las principales cadenas han devaluado a la pantera rosa. Nos intentan hacer olvidar de la crisis actual, pero a base de peleas, disputas verbales, ataques, insultos, cuando no de fútbol, mucho fútbol, violencia al cubo en prime-time y alguna que otra porfía por los toros. Muy lejos ha quedado hoy en día el espíritu del gentleman que escondía la Pantera Rosa, que intentaba sortear -aunque fuera en forma animada- los conflictos del día a día con una sonrisa, elegancia suprema y hasta con una pizca de ironía moral.

Y es que aquellos entonces, con la crisis del petróleo, la deuda de los nuevos países industriales o los efectos del crac bursátil de octubre de 1987, pese a su gravedad imperaban las "buenas formas" del gentleman tan en desuso actualmente. Hoy se impone el bucanero, el zaherí del saludo, el corta-créditos, el asalta-trenes, el pistolero, el terrorista, el talibán ideológico, el intolerante nacionalista, el grafitero de conciencia, la factura en B, el convoluto, los multadores de carteles, el recreo reprimido, el 3 por ciento, el parado de larga duración, el "tú más", el fiscalizador de ventosidades... porque a (casi) nadie se le pasa por la cabeza emular a la Pantera Rosa.

Los gentlemen son eso, si acaso: gentilhombres, correctos, ejemplares, educados, emuladores, positivos, tolerantes por encima de todo.... dispuestos a dar su alma en caso extremo por un ideal sin conjugar improperios. En suma, la casta con pedigrí que queremos convertir a los herederos de nuestra generación.


lunes, 11 de enero de 2010

LA SAL CONTRA LAS HELADAS, DAÑO ECOLOGICO


EL EMPLEO DESPROPORCIONADO DE SAL CONTRA LAS HELADAS EN ESPAÑA SUPONEN UN DAÑO ECOLOGICO QUE COSTARÁ MUCHO REPARAR.

El uso masivo de sal en las carreteras y vias publicas para combatir la nieve y el hielo constituyen un riesgo ecológico en desuso en otros países europeos.

De acuerdo a algunos estudios científicos a los que ha tenido acceso sacapartido.com, se calcula que el empleo de sal contra las heladas es el responsable de la muerte del 90% de los árboles en algunas grandes ciudades europeas. De ahí que cada vez más municipios europeos, debido al impacto ecológico, rehusen el empleo de sal y empleen otros sustitutos.

Algunas alternativas pueden ser arena, ceniza o gravilla, que tienen como ventaja frente a la sal ser más biodegradable, menor coste y con una eficiencia similar , ya que logran sin dañar el ecosistema derretir el hielo sobre las calles en un plazo similar.

En algunos casos se han detectado consecuencias negativas sobre la salud de animales y personas, provocados por el polvillo resultante cuando se seca la sal. Lo que está comprobado, es que el uso masivo y descontrolado de cantidades ingentes de sal para combatir las nieves y heladas, acelera por otro lado la corrosión en el pavimento de las carreteras, así como en los vehículos y otras construcciones civiles de hierro como puentes, túneles o pasos. Su reparación será una factura que seguro llegará con un alto precio a pagar.

Baste recordar cierta normativa en una ciudad como Berlín, donde los ciudadanos están obligados a retirar con palas la nieve y el hielo de sus calles hasta un mínimo de 1,5 metros de su propia acera o portal, no a cualquier hora del día, sino ya a partir de las 7 de la mañana (9 en días festivos). Esta práctica berlinesa prohibe el empleo de sal salvo riesgo de ser sancionado con una multa de hasta 10.000 euros.

La vida del entorno verde y en especial de ciertas especies de árboles , capaces de producir cada uno el equivalente a unos 7.000 litros de oxígeno diarios que consumen 9.000 litros de C02 y de filtrar al menos 2 kilos de polvo en suspensión, son más que razón suficiente para la búsqueda de alternativas más sostenibles.


¿ Alguien en España es sensible a este asunto o todo vale con tal de no culpar a nadie del caos circulatorio y el colapso de los aeropuertos, a cambio de las toneladas y toneladas de sal rociadas estos días por la vía pública para paliar unas heladas sin anunciar pero cuyos efectos nocivos caro pagaremos?