Durante las últimas fechas, hay círculos que apuntan a la cancillera alemana Angela Merkel como el origen de los ataques especulativos contra la credibilidad española en los mercados financieros.
La cancillera: prusiana, doctora en física, austera como ella sóla, un poco empollona, del Este alemán antes de la reunificación, hija de la dictadura estalinista en la ya desaparecida RDA pero fervorosa defensora tras la caída del Muro de Berlín de la ortodoxia neoliberal (durante años fue la delfina del entonces canciller Kohl), líder de la Democraciacristiana, defensora del euro, y fiscal de los criterios de convergencia en el plano económico. Como la mayoría de los alemanes, vivió 2 reformas monetarias (una en 1949 con el fin de la guerra y el nacimiento del marco alemán; y otra más reciente, con la introducción de la moneda única europea en el 2002). De lejos viene su vigorosa defensa a ultranza de conductas anti-inflacionistas y del despilfarro, así como su férreo compromiso de no periclitar "la casa europea".
Todo lo contrario de su homólogo socialista Zapatero en España, donde su frivolidad, impredecibilidad, romanticismo, informalidad, escasa rigurosidad e implicación, complejismos y suprema espontaneidad en política exterior, económica y de defensa entre otros, ha cuestionado como nunca antes en tan poco tiempo la imagen "simpática" de España en el escenario internacional.
No es fácil que Merkel guste entre los caprichosos meridionales, sean españoles, griegos, portugueses o irlandeses entre otros. Pues mientras Berlín es el principal contribuyente a las arcas de la UE, otros como España -en los últimos años- han puesto en peligro la integridad del euro, la capacidad de asistencia de las arcas europeas y sobre todo, el proyecto europeo que tanto esfuerzo ha costado crear.
Cuando Madrid y su actual inquilino en La Moncloa adquiera un mínimo de rigurosidad hacia propios y sus vecinos europeos, tal vez Merkel sonreirá y mitigará su agria sonrisa de leche cortada hacia los despilfarradores inflacionistas, que como en el caso de España, además presume de ser la campeona del paro en la UE. De nada sirve, los discursos vacíos de Zapatero prometiendo el cielo. A ZP se le tiene calado en la mayoría de las cancillerías. Algún día, Wiki-leaks nos revelarán los cables intercambiados entre Berlin-París-Londres y Washington sobre la opinión del socialista español actual, al que algunos ya ha incluido en el "club de los tramposos". Tal vez ese día entenderemos que las vacilaciones y reiteradas rectificaciones en Madrid con olor a ajo, hace tiempo que terminaron con la paciencia en cancillerías, gestores de fondos y fogones con sartenes de manteca.
Angela Merkel, ("Kasi", la Jefa en Matemáticas)