El paro no es una crisis, es el éxito del ocio. Esta sentencia deja en evidencia que con el estallido de la crisis en Europa y en especial en España nos estamos resistiendo a admitir varias realidades:
1.- El problema reside -como diría Luis Racionero- en que se enfoca mal la situación, dejando parados a millones en vez de reducir la jornada laboral.
2.- La redistribución de la renta, del trabajo y de la productividad no son barreras insalvables. Hay que tener voluntad e imaginación para superar el cambio del paradigma.
3.- Con el paro, el trabajo precario, las arcas vacías y sobre todo el aumento de las horas de Ocio, tenemos igualmente que plantearnos cómo aprovecharlas y reconvertirlas en algo más productivo: formación permanente, reciclaje profesional, práctica del deporte para mejorar nuestra salud y calidad de vida, cultivo del arte, del diezmo, etc.
4.- Las masificación de las nuevas tecnologías de información (TIC´s) están dando otra dimensión a las definiciones clásicas de trabajo, paro y al Ocio. Incluso otras manifestaciones del ser humano se ven contagiadas por la irrupción de la banda ancha, como son el Arte, la Filosofía, la Ciencia, la Religión y la Política.
5.- El líder (político, sindical, empresarial, etc) hoy en día más que nunca ha de aprovechar el cambio para superar nuevos paradigmas con altas dosis de creatividad e imaginación, fomentar el debate social y conceder unos nuevos valores a la democracia. Como alguien dijo en cierta ocasión: "Somos magos excepcionales que podemos alterar los trucos que maravillan a la audiencia".
Toda esta revolución social, cultural y de pensamiento o regeneracionismo que algunos pensadores alemanes llaman "Umdenken", requiere dosis de valentía y superar de una vez por todas nuestra zona de comodidad. El cambio per se no es negativo. De hecho, el cambio es lo único que no cambia.. y sin embargo nos resistimos a cualquier alteración del estatus quo (emocional, trabajo, residencial, etc) alegando a la inviolabilidad de la defensa de ciertas conquistas sociales.
Hace algo más de un año escribíamos en este mismo blog un post titulado: "La civilización del Ocio"
donde aludíamos a que: "El Trabajo escasea, el Ocio abunda. El gran negocio está por eso aún por descubrir".
Ante todos los retos anteriores y con el ánimo de superar la crisis, por qué no nos cuestionarnos si:
1.- Las jornadas laborales de 40 horas/semanales de 5 días tienen sentido. A lo mejor trabajar 4 días/semana con recortes salariales -como en su día puso en marcha Alemania en algunas empresas con el famoso "Plan Hartz" en el grupo VW- puede ser una opción real para repartir la escasez de empleo, incrementar la productividad, las cotizaciones y mejorar el bienestar social.
2.- El Ocio, con tendencia creciente, ha de saberse gestionar como un activo productivo y no como un material de residuo. Hemos comenzado el siglo XXI y la propia fuerza centrífuga nos está haciendo calcar los esquemas de finales del siglo XIX y todo el XX en términos de: redistribución de renta, del capital, financiación del estado de bienestar, fórmulas para la superación de crisis políticas, financieras y monetarias; estallido de conflictos armados, nacionalismos, el papel de la familia y el Estado, la educación, la cultura, la ciencia, etc, etc
3.- Al paso que vamos la Política en sus actuales horas más bajas puede dar paso a un nuevo Espiritualismo que rellene el vacío del desencanto. La Ciencia y la Religión, potenciadas por las
TIC´s y la cibernética, pueden a su vez hacer revolucionar la vida de las personas. El respeto al medio ambiente ya no debe ser "nice to have" sino "must to be".
4.- Estamos cambiando de la sociedad capitalista post-industrial a la sociedad del ocio conectado y sostenible, al menos en la vieja Europa y EE.UU. Las bolsas de empleo se potenciarán con un simple click desde el salón de casa cuando democraticemos el uso y tarifa de la banda ancha.
5.- Por otro lado, ¿estamos preparados para afrontar el coste de sostener a más del 60% de la población mayor de 65 años en el año 2040?
6.- La cultura del consumo irresponsable espontáneo dejará paso a cierto inmaterialismo y a nuevas prácticas sostenibles a largo plazo que vigile nuestro entorno así como nuestro bienestar y salud.
7.- En definitiva hemos iniciado -como dice el futurólogo noruego Jorgen Randers en su reciente exploración del futuro con la obra titulada "2052" y publicada por el Club de Roma- el proceso de transformación del "yo obsesionado" (me-obsessed) dentro de un esquema de economía del crecimiento y crecimiento über alles, a la "cultura del nosotros" (we culture) dentro de una gran nube de nuevos valores humanos ("Cloud thinking and Cloud feeling"). Yendo más allá, saltaremos del concepto de gobierno de las naciones a la gobernanza con unas Fuerzas Armadas Verdes que nos protega y apalie las catástrofes eco-naturales y de los principales retos medioambientales para mantener la vida en La Tierra.