La esquizosis europea nos lleva a llorar a los muertos, cantar La Marsellesa, manifestarnos en las calles, tocar al piano Imagine y hasta criticar cuanta decisión política se tome contra el terrorismo yihadista del #ISIS. Lo estamos viendo reiteradamente en suelo sirio, pero también en Iraq, Afganistán, Niger, Nigeria, así como más recientemente en París y otras capitales de la UE.
Y sin embargo, nos nos damos cuenta que estamos en una guerra, tal vez en una cruzada, santa o atea, pero en definitiva en una contienda sangrienta. Y esta guerra no empezó con la invasión bélica de EEUU en Irak sino mucho antes. Ya lo dicen las estadísticas pero nuevamente la esquizosis nos ciega. En el 2050 el Islám tendrá la misma cantidad de fieles que el Cristianismo. En Europa además, la población musulmana se prevé que aumente en un 63% hasta representar el 10% de los longevos europeos, según ciertos estudios.
No es la primera vez que alerto del exterminio lento de los europeos por la caída en picado de la descendencia. Pero tampoco de la invasión pacífica de la cultura musulmana en suelo europeo. Ya no sólo con la procreación numerosa de todos nuestros nuevos convencidos de credo musulmán, sino también por aquellos reiterados edictos del #Daesh en favor de reconquistar Europa y hasta el Al-Andalus. Otra manera subliminal está incluso en la repostería. El célebre croissant es un invento otomano que apreciamos en las horas del desayuno y que representa la media luna del Islám. Parece una tontería pero entre el paulatino exterminio de la cultura cristiana, la acelerada procreación de almas musulmanas, el consumo de croissants y los reiterados atentados yihadistas, Europa tiene un serio problema.
A este problema se le añade la falta de voz y consenso en materia de defensa, política exterior, de respuesta a la llegada de refugiados, de integración de población extranjera y ¡de actuación! para detener los sangrientos atentados contra inocentes.
Buscar en la raiz, está muy bien. Pero Europa se caracteriza por dormirse en la búsqueda de los orígenes y el Génesis de las cosas, tanto del bien como del mal. Y cuando alguien actúa, como estos días vemos en París al llevar a cabo bombardeos contra los rebeldes yihadistas en Siria, nos parece inadecuado porque nos compromete a todos.
En tiempos de paz Europa es tan petulante, coqueta y fatua al presumir de unidad, pero cuando llega el momento mojamos el papel del tratado de la Unión y de la OTAN, saliendo a relucir la variopinta variedad de intereses nacionales. Nuevamente la falta de consenso, por enésima vez, desde el conflicto en los Balcanes, Ucrania, Oriente Medio, Siria, el de los refugiados, o la crisis monetaria, Grecia, Cambio Climático o el demográfico, los nacionalismos etc pasando por los golpes del terrorismo (sea del que sea de ETA, Al-Qaeda, el yihadista) nos tambalea hasta el esperpento. Como siempre, los frentes se agudizan y serán nuevamente EEUU, Rusia, China, etc quienes asuman la responsabilidad que eludimos.
Otra de las muchas incoherencias: vender armas a los mismos que atentan contra nuestros intereses nacionales. En otros damos el visto bueno a la entrada de aquellos capitales que financian el ISIS, procesos separatistas o incluso las mismísimas camisetas de algunos clubes de fútbol.
Me temo que sólo aquí en la vieja Europa nos hemos creído al pie de la letra eso del "pecado original" hasta las últimas consecuencias y el cristianismo europeo, embriagado en su anfibología, es incapaz de ser consecuente en sus pensamientos, verbos y obras.
La esquizosis europea nos puede salir cara, muy cara y terminar de dinamitar de una vez por todas la civilización occidental.
miércoles, 18 de noviembre de 2015
EUROPA, EN LA ESQUIZOSIS
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