Las camisetas reivindicativas se han instalado no sólo en asambleas de vecinos sino también en ayuntamientos, consejos comarcales, parlamentos regionales, Congreso y otras instituciones públicas entre las diversas filas políticas de amplio espectro.
Un tuit de 140 carácteres ha sido reemplazado por un eslogan y una imagen icónica. Vivimos en el mundo de la imagen, audiovisual y de la inmediatez de las redes sociales que se complementan para dar visibilidad a los mensajes políticos. La prensa y el resto de los canales de comunicación sociales clásicos siguen resistiéndose tanto a la revolución digital (manteniendo el papel) como a la desaparición del paradigma emisor-receptor y su reducto al 5º poder, así como la incursión de los eslóganes que visten como nuevos modelos alternativos del lenguaje.
No será el último. La irrupción del idioma digital y los canales online harán inventar nuevas formas alternativas. Lo que está claro es que actualmente se ha impuesto la iconografía inventada por la Iglesia Católica para difundir el "evangelio". Sólo que hoy más que religión nos venden las maravillas de votar a un determinado partido político para lograr el clímax social.
Ver galería de imágenes: